Aunque el debate de la reforma se ha centrado en la gratuidad y en cómo se regulará a las universidades, lo cierto es que el proyecto también tiene un capítulo especial que aborda la educación técnico-profesional. Y los institutos y centros de formación técnica -agrupados en Vertebral- también han mostrado sus reparos con el proyecto que sufrió un revés el martes, en la comisión de Educación,
Juan Pablo Guzmán, presidente de esta instancia y rector de los planteles técnicos Santo Tomás, asegura que «es preocupante que algo tan importante, tan crítico, tenga tan poco grado de convergencia». Y respecto de la votación que se llevará a cabo este lunes en el pleno de la Cámara de Diputados, para intentar salvar el proyecto, postula que «cuesta aceptar que algo tan delicado se resuelva de manera sorpresiva y acelerada»
-Desde que se presentó el proyecto de reforma a la educación superior, las críticas han sido múltiples. ¿Cuál es la opinión de Vertebral sobre la iniciativa?
«Hace 30 años que no se produce una reforma que promete ser tan importante y me parece que la estamos desperdiciando. En el ámbito técnico-profesional, que no ha sido el tema de la discusión ni tampoco del rechazo reciente en la comisión de Educación, el proyecto original prometía abordar las principales necesidades, y lo que estamos viendo es que ahora (con los cambios prometidos por el Mineduc) se sigue anunciando con fuerza, pero en términos reales no hay cambios significativos. No estamos viendo una reforma para la educación técnico-profesional (TP), incluso, tememos que esta reforma, tal cual está planteada, pueda de alguna forma tener efectos adversos para el desarrollo del sector».
-¿Cuáles son sus principales preocupaciones?
«Nos preocupa que no necesariamente se está reaccionando a la perspectiva del sistema. No es misterio para nadie que el Gobierno acogió los planteamientos relacionados con los planteles del Estado o del Consejo de Rectores (CRUCh). Vemos que se está priorizando una institucionalidad que se basa en la realidad de la educación superior más tradicional y no de lo que el sistema actual necesita. Tenemos el mayor respeto y reconocimiento por el CRUCh, pero creemos que no basta con esa perspectiva para lograr una institucionalidad moderna y que responda a los desafíos del sistema. El mundo TP tiene desafíos distintos, requiere dinamismos distintos».
-Así como se hizo una separación para las universidades estatales, ¿habría sido mejor un proyecto del sector técnico?
«Puede ser, como puede que no. Más que la manera en que se legisle, nos importa que se responda al problema. Acá uno puede estar a favor de la fragmentación del proyecto para lograr algún foco, pero por otro lado, separar el proyecto arriesga el funcionamiento sistémico del sector. El problema no está realmente ahí. El problema es de contenido».
-Este es el primer año que los planteles técnicos tiene gratuidad. ¿Qué evaluación hacen de la política?
«Como todo proceso de implementación, no ha estado exento de ciertos problemas o pequeñas fricciones en su puesta en marcha; sin embargo, se ha logrado salir adelante (…). Eso sí, la cobertura de esta política es muy disímil en uno u otro sector, y eso siempre nos va a dejar preocupados».
-¿Se refiere a los distintos criterios para acceder a la política según el tipo de plantel?
«Cuando vemos que la discusión o los lineamientos apuntan a aumentar y cubrir al sexto decil, como sector creemos que sería, tal vez, más positivo y lógico lograr una cobertura más transversal. Vertebral siempre lo ha dicho, y aplica para todo tipo de ayudas estudiantiles, que es lógico discriminar entre alumnos en función de la calidad (acreditado o no) y según la vulnerabilidad de los alumnos. Hoy existen más criterios que se están aplicando y distorsionando la extensión de instituciones que acceden al beneficio».
Fuente: Diario El Mercurio
Link: http://impresa.elmercurio.com/Pages/NewsDetail.aspx?dt=2017-04-17&dtB=17-04-2017%200:00:00&PaginaId=5&bodyid=3