Por Arturo Fuentes E.
Rector IP CIISA
Consejero de Vertebral
05-02-2019
Sabido es, y así lo han corroborado numerosas publicaciones internacionales, que la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) tendrá un vigoroso protagonismo en el futuro inmediato, al ser el tipo de formación encargada de absorber los inminentes cambios que afectarán al mercado laboral chileno producto de la automatización de servicios y la tecnologización.
Por eso, resulta indispensable que las instituciones de educación superior (IES), especialmente las del sector técnico-profesional, se adapten a la era digital y ofrezcan en sus mallas curriculares una educación actualizada para la llamada ‘industria 4.0’.
En este sentido, se requerirán habilidades distintivas que deben estar incluidas en los programas de estudios. Cada vez será más fundamental contar con habilidades en programación orientada al objeto, operaciones y lógica matemática básica, funcionalidades de sistemas operativos, conocimientos de red y protocolos técnicos de comunicación.
Tampoco se puede descartar el surgimiento de una serie de nuevas carreras, las que deben combinar habilidades socioemocionales con destrezas digitales, que permitan formar a los futuros profesionales que interactuarán con robots inteligentes que, en lo técnico, serán más rápidos que los seres humanos.
El futuro es ahora y, por su particular naturaleza, la formación técnico-profesional, al ser habilitante para el trabajo, tiene la misión de entregar respuestas rápidas y robustas para este inminente cambio de paradigma.
Fuente: La Segunda