Entre los rectores que forman parte de Vertebral –entidad que agrupa a 22 IP y CFT acreditados, como Inacap, AIEP y Santo Tomás, entre otros– hay consenso en que dicho sistema de acceso debe ser muy distinto al sistema de admisión a las universidades.
05 de abril de 2019
En la actualidad sólo las universidades cuentan con un Sistema Único de Admisión (SUA) –el que tiene distintas etapas y considera la PSU, entre otros factores–. Pero, próximamente, también habrá un sistema de acceso común para los Institutos Profesionales (IP) y los Centros de Formación Técnica (CFT).
Esto ya que la Ley de Educación Superior establece que, a partir del proceso de admisión 2021, regirá un nuevo sistema de acceso a las instituciones de educación superior –que será administrado por la Subsecretaría de Educación Superior–, el que contará con un mecanismo para las universidades y otro para los planteles técnico profesionales.
Este último deberá incluir obligatoriamente a todos los IP y CFT que estén adscritos a la gratuidad, aunque también se podrán sumar, voluntariamente, todas aquellas instituciones que no sean parte de esa política.
¿Qué características podría tener este nuevo sistema de acceso para los IP y CFT? Eso lo definirá una comisión conformada por el subsecretario, además de seis rectores –tres de los CTFs estatales y tres de IPs y CFTs privados–, los que se elegirán la próxima semana.
Pero las instituciones aludidas ya están trazando los primeros lineamientos de cómo debiera ser ese sistema. Entre los rectores que forman parte de Vertebral –entidad que agrupa a 22 IP y CFT acreditados, como Inacap, AIEP y Santo Tomás, entre otros– hay consenso en que dicho sistema de acceso debe ser muy distinto al sistema de admisión a las universidades.
En su visión, el objetivo del sistema en el caso de los IP y CFT debiera ser reunir en una sola plataforma la información de las distintas instituciones técnicas –que hoy está dispersa–, mostrando en forma clara, transparente y oportuna la oferta de carreras, las fechas de los distintos procesos y los requisitos para postular, entre otros datos, que permita a los estudiantes tomar mejores decisiones.
Pero descartan de plano aplicar alguna prueba tipo PSU para seleccionar a los estudiantes, pues sostienen que, a diferencia de la educación universitaria, todos tienen derecho a recibir formación técnica, la que es por naturaleza inclusiva, pues habilita para el trabajo.
«En la universidad, lo que legitima que un alumno pueda ingresar y otro no tiene que ver con la capacidad del instrumento de predecir que las personas posean las habilidades para tener una experiencia académica, intelectual. Pero en el caso de la formación técnica no es aplicable, porque todas las personas tienen derecho a formarse para el trabajo. No nos parece que haya un instrumento que pueda decir quién puede aprender una profesión y quién debe conformarse con la educación escolar», argumenta el rector de Esucomex y Secretario General de Vertebral, Cristóbal Silva.
Otro dato que sustenta esa idea es que en la educación superior técnico profesional, en general, hay más oferta de cupos que estudiantes que los demandan; con excepción de algunas carreras puntuales que pueden ser más demandadas.
Admisión varias veces al año Los rectores creen que, si se llegara a aplicar algún instrumento común a esos estudiantes, debiera ser una prueba de tipo diagnóstica, para ver en qué nivel están y si es necesario realizar nivelaciones, como ya realizan varias de esas instituciones. Aunque son partidarios de que esto debiera considerar más en el largo plazo.
El rector de AIEP, Fernando Martínez, lo asemeja a aprender inglés, donde tampoco se piden requisitos a quienes deseen hablar ese idioma. «Para aprender inglés no hay selección, lo que se hace es un diagnóstico», apunta.
En opinión de los rectores, otra característica que debiera tener el sistema de acceso a los IP y CFT es que los alumnos tengan la posibilidad de ingresar a esas instituciones en distintos momentos del año –y no sólo una vez como en el SUA–, pudiendo ser incluso 3 ó 4 veces. «Es una formación habilitante para el trabajo y para eso se requiere flexibilidad», afirma el rector de AIEP.
Creen que, en forma paralela, las becas y créditos estatales también podrían comenzar a entregarse al menos dos veces en el año, para favorecer a quienes ingresan a estudiar en el segundo semestre.
Fuente: EMOL