Cambia el perfil de los titulados: tienen más de 27 años y la mayoría eligió carreras técnicas
El subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, destaca que han aumentado los adultos que ingresan al sistema en búsqueda de perfeccionarse para mejorar sus opciones laborales.
23 de septiembre de 2019
El camino que los jóvenes toman tras salir del colegio está cambiando y la universidad ya no es, necesariamente, el paso siguiente.
Un informe del Servicio de Información de Educación Superior del Mineduc sobre las titulaciones revela que el año pasado aumentó el número de personas que obtuvo su diploma en un instituto profesional (IP) o un centro de formación técnica (CFT), mientras que en las universidades, la cifra se mantuvo casi sin alteraciones.
Para las carreras de pregrado, de hecho, los titulados universitarios cayeron de 93.569 a 91.520 entre 2017 y 2018. El subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, afirma que esto se debe a una estabilización de la matrícula, que ha dado pie a un mayor crecimiento del sector técnico.
En esos programas, los jóvenes verían una opción ‘igual de atractiva que la universitaria, en la que se entregan competencias relevantes para la inserción rápida al mercado laboral’.
La ministra de Educación, Marcela Cubillos, destaca otra cualidad de las carreras técnicas: en ellas sería posible ‘especializarse en áreas fundamentales para el desarrollo del país, como minería, energías renovables, automatización y conectividad’, dice.
Más grandes
No solo ha cambiado dónde se estudia, sino cuándo. Según los datos oficiales, el promedio de edad para obtener el título de pregrado fue de 27,5 años: la más alta en el periodo que se analizó (2008 y 2018).
Vargas explica que esto es porque la educación terciaria se inicia más tarde. Si en 2009 la edad promedio para ingresar era de 22 años, hoy supera los 23 y en los CFT, la matrícula ocurre, en promedio, a los 25 años.
‘Desde 2010 que las personas con 35 años o más matriculadas en educación superior se han duplicado, llegando a 97 mil este año. Chile es uno de los países de la OCDE en que tener educación superior entrega más retornos laborales y lo que vemos es una tendencia de adultos a cursar estudios de pregrado que les permitan mejorar sus condiciones de vida’, dice el subsecretario.
Ahora, los alumnos que son mayores y optaron por el mundo técnico tienen desafíos adicionales. Jorge Menéndez, vicepresidente de Vertebral —organización que agrupa a los IP y CFT acreditados— y rector del centro de formación técnica ENAC, explica que ‘la mayoría de ellos trabajan y estudian en la noche, tienen a veces más de una vida porque tienen responsabilidades en la familia, con sus hijos, en el mundo laboral y de paso, estudian’.
Esto podría dar pie a un cambio cultural. Según Andrés Bernasconi, director del Centro de Justicia Educacional de la U. Católica, la enseñanza superior podría dejar de entenderse como una suerte de paréntesis en que todo (lo demás) queda en suspenso: ‘Es posible que las generaciones más jóvenes lo vean como algo que se va combinando con la vida, no una interrupción de cinco o seis años, sino que algo que puede irse combinando con trabajo o una familia’.
Otra tendencia que se consolida es la de optar por modalidades distintas: las jornadas semipresenciales y a distancia tuvieron el mayor aumento de titulación de pregrado entre 2017 y 2018 (22,8% y 32,1%). El decano de Educación de la U. Central, Jaime Veas, destaca que esta última modalidad puede abrir opciones para quienes están en zonas más aisladas del país.
La formación a distancia, dice, ‘llegó para quedarse y hay que ponerle requisitos, criterios de calidad, hay que acreditar esa formación y mirarla como una oportunidad’, plantea Veas.
Fuente: Diario El Mercurio
