De estar tradicionalmente desplazada del debate educativo, la Enseñanza Superior Técnico Profesional se ha ido transformando con el tiempo en la clave para la movilidad social y el desarrollo económico, situación de la que no está ajena nuestra región, estimándose que de aquí al 2030, el déficit de técnicos puede llegar a niveles críticos ante la arremetida de la llamada «cuarta revolución industrial».
13 de octubre de 2019
Tres de cada cuatro empleos tienen actualmente un perfil técnico profesional. El nivel de empleabilidad de los nuevos técnicos al primer año de egreso es cercano al 80%, acercándose sus remuneraciones cada vez más a la de los profesionales universitarios.
Pese al auspicioso futuro laboral que le espera a un estudiante de un Instituto Profesional (IP) o de un Centro de Formación Técnica (CFT), quien invierte en promedio sólo 2 a 3 años en su formación, aún existe un déficit de profesionales técnicos en el país que, según la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), es del orden de los 600 mil a 700 mil a nivel nacional.
Aunque en el ámbito local no existe una cifra acabada, el diagnóstico es claro: La Araucanía necesita técnicos o también llamados profesionales 4.0 para enfrentar el avance de la denominada «cuarta revolución industrial», que no es otra cosa que la automatización e incorporación de alta tecnología en las empresas que en menos de 10 años ya será una realidad en todo Chile.
De ser prácticamente la «pariente pobre» de la educación, siempre centrada en la formación universitaria como su hija predilecta en el nivel superior, durante los últimos años la Enseñanza Técnico Profesional ha crecido enormemente con una amplia oferta académica donde las carreras de los sectores salud, comercio y enseñanza se han mantenido con una alta demanda.
No obstante, el aumento de la matrícula en las carreras técnicas, su participación sigue siendo menor al observar las cifras regionales de la educación superior donde la matrícula en las universidades se lleva el 65,9%, los IPs el 21% y los CFT’s el 13,1%.
«Todos quieren llegar a la universidad porque estudiar una carrera universitaria junto con ser un elemento de movilidad social también da estatus; el que es universitario se siente por encima del que estudió una carrera técnica, pero evidentemente el mercado laboral hoy día no necesita tantos universitarios, sino que más técnicos», manifiesta Camilo Rosas, coordinador del Observatorio Laboral Araucanía, quien advierte que existe un desbalance entre las necesidades del sector productivo y la oferta académica. «En muchos sectores, por ejemplo en la construcción, se emplean en labores técnicas a profesionales porque es indudable que hay una brecha importante de técnicos», indica.
Mientras en los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, existe en promedio un profesional por cada tres técnicos. En Chile la situación es totalmente a la inversa, es decir, hay un técnico por cada tres profesionales. Sin ir más lejos, según datos aportados por el Observatorio Laboral, mientras los matriculados en carreras profesionales llega a los 41.629, los estudiantes de carreras técnicas son únicamente 15.549, vale decir, un nada despreciable 63% menor.
VERTEBRAL
Empleabilidad, bajos aranceles, además de ingresos competitivos, que en muchos casos igualan e incluso superan a los de profesiones universitarias, son algunos de los factores que pesan a la hora de optar por una carrera técnica, cuyos matriculados aumentan cada año.
De ello pueden dar fe las instituciones integrantes del Consejo de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados, «Vertebral», que en su Capítulo Regional Araucanía está integrado por los seis establecimientos acreditados en la Región: CFT Teodoro Wickel, IP Chile, Aiep, Inacap, Instituto de Estudios Bancarios Guillermo Subercaseaux, CFT e IP Santo Tomás. En conjunto, las seis instituciones completan un total de 18 mil 595 matriculados.
Según Marcelo Núñez, coordinador de Vertebral Araucanía y rector del CFT Teodoro Wickel, esta alianza tiene como objetivo contribuir a que Chile sea un país más equitativo, sustentable y productivo a través del desarrollo de la Educación Superior Técnico Profesional. «El impacto en movilidad social es tremendo y de ahí la importancia que ha tomado la formación técnica en los últimos años. Sobre todo a nivel nacional somos relevantes porque la matrícula de primer año es del 51% en formación técnica; aquí es más baja, pero vamos al alza», asegura el directivo.
A su juicio, una de las luchas necesarias de abordar es el tema del financiamiento, considerando que el Estado entrega un aporte mucho más elevado a la enseñanza universitaria que a la técnico profesional. «El financiamiento promedio para estudiantes de universidades es de 2 millones 400 mil pesos por estudiante, sin embargo, en la educación técnica ese aporte estatal es en promedio de 800 mil pesos fundamentalmente en lo que se refiere a becas, entonces hay un desequilibrio en la tendencia y participación nacional de la educación técnica versus el financiamiento», señala y a la vez insiste en que «los estudiantes están repartidos en un 50 y 50 entre hombres y mujeres y la edad promedio de los alumnos es 25 años».
Precisamente para abordar los nuevos desafíos que tiene por delante la educación técnico profesional, este martes 15 de octubre, a partir de las 10 horas, el Capítulo Regional Vertebral Araucanía realizará el Seminario «Vinculación de la Formación Técnico Profesional con el Mundo Laboral» en el auditorio de Santo Tomás Temuco (Manuel Rodríguez 060). La actividad contará con la participación de Rodrigo Abumohor, consejero de Sofofa; Juan José Gutiérrez, fundador de Increa y José Torga, gerente regional de Aguas Araucanía.
BOOM DE LA SALUD
Sobre las áreas académicas más requeridas por los estudiantes se encuentran todas las relacionadas con el ámbito de la salud, aunque los académicos señalan que si bien fue un boom, poco a poco se está dando paso a la gama de carreras vinculadas al turismo y gastronomía, diseño y administración.
«Tenemos varias áreas relevantes además de la salud. También está el área del turismo y la gastronomía alineados con el eje productivo de nuestra Región; por supuesto que está el área de las ingenierías como técnico en construcción, topografía, seguimos con continuidad de estudios para los ingenieros en prevención de riesgos con énfasis fuerte en ventilación ambiental. También la línea del diseño y comunicaciones donde aún hay mucho campo, pese a que ha habido un avance hacia lo digital», enfatiza Juan Carlos Barrientos, director académico de IP y CFT Santo Tomás.
En su opinión, las tasas de empleabilidad general superan el 85% al primer año de titulación. «Hay ciertas carreras donde la empleabilidad empieza más fuerte en el segundo año después de titulados, pero la tendencia de los últimos años es que la empleabilidad va al alza a raíz de la necesidad de las empresas», dice.
Sin duda en cuanto a administración y finanzas, el Instituto de Estudios Bancarios Guillermo Subercaseaux es una marca registrada a nivel nacional. «La vinculación con instituciones financieras y bancarias es fundamental. Siempre hemos tenido buena matrícula, pero luego de adscribir a la gratuidad el interés de los estudiantes ha sido mucho mayor y la tasa de empleabilidad es sobre el 85% e incluso 90% en algunas carreras», sostiene Héctor Venegas, jefe de carreras del IP Subercaseaux Temuco, quien añade que lo que se viene hacia adelante es todo lo relativo a la banca digital. «Una de las preocupaciones de los estudiantes y que también es parte de este mundo de la innovación es el tema de la banca digital. Es sin duda un gran desafío que requiere especialistas que sepan manejar todo ese ámbito», precisa.
SATURACIÓN
Sin embargo, para los próximos años se está levantando una alerta sobre la saturación de algunas ocupaciones. «Lo que pasa es que colegios e institutos están formando ocupaciones que en el mundo laboral no se van a utilizar tanto porque se está llegando a un nivel de saturación del mercado con técnicos en enfermería o educación de párvulos y esas personas tal vez van a tener que reconvertirse porque no van a poder trabajar en lo que estudiaron», indica Rosas.
En su opinión hay que ver como una oportunidad el área de la informática. «Si bien hoy es una carrera que tiene mercado laboral, en los próximos 5 o 10 años vamos a necesitar muchísimos y no nos estamos preparando para eso. Las carreras del futuro tienen que ver con expertos en community manager y todo lo que tenga que ver con marketing digital. También va a aparecer con fuerza el área del diseño en una época donde todo entra por la vista y hoy día es mucho más apreciado que todo lo que se presente tenga un buen diseño, por lo tanto los diseñadores van a cumplir un rol súper importante en esta nueva configuración del trabajo y los llamados perfiles de profesionales 4.0», puntualiza el investigador.
DESAFÍOS
En adelante, el propósito del Mineduc es que la situación mejore a partir de iniciativas como la Política Nacional de Formación Técnico Profesional y la creación de los Centros de Formación Técnica Estatales. En lo especifico, el Centro de Formación Técnica Estatal de La Araucanía, ubicado en Lautaro, ofrece a partir desde 2018 los programas TNS en Gestión y Logística Empresarial y TNS en Electricidad y Automatización, que se imparten en jornada diurna y vespertina, con 30 cupos cada una, sumando 120 en total, teniendo una duración aproximada de 2 años cada carrera.
En cuanto a movilidad social, según Vertebral, la educación superior de carácter técnico profesional permite a los estudiantes avanzar uno o dos quintiles respecto a su punto de origen. El 64% de los estudiantes proviene de los dos quintiles más vulnerables de la población; y un 71% son primera generación en acceder a la educación superior. De hecho, la mayoría trabaja y estudia simultáneamente.
Según el último boletín trimestral de empleo regional elaborado por el INE Región de La Araucanía, correspondiente a los meses de junio, julio y agosto, los ocupados con educación técnica a nivel superior alcanzaron las 35 mil 990 personas, lo que significó un 7,8% del total de ocupados estimados en La Araucanía.
AMPLIAR OFERTA
Por tratarse de una palanca de desarrollo regional y movilidad social, el gran desafío que se viene por delante es adelantarse a las necesidades que tendrá el país lo que también obligará a las instituciones a ampliar la oferta y mejorar sus programas académicos. «Tienen que ir innovando en sus mallas y ser más flexibles también para que los estudiantes puedan tener una amplia gama de posibilidades porque lo otro que es muy valorado por los empleadores son las habilidades blandas que son clave al momento de optar por un profesional u otro ya que eso hace la diferencia», insiste Camilo Rosas, del Observatorio Laboral Araucanía.
Por su parte, como instituciones agrupadas en Vertebral, se está consciente del trabajo que se debe hacer en pos de un bien superior que es la Región. «Más allá que podamos competir por matrícula, lo que busca esta alianza es compartir buenas prácticas y colaborar en lo que tengamos que colaborar en pos de la formación técnica, porque al final los beneficiados son los estudiantes y el sector productivo y, en la medida que ellos se benefician, todos resultamos beneficiados», sostiene Marcelo Núñez, coordinador del capítulo regional.
En definitiva, la formación técnico profesional está llamada a ser la lave para terminar con las brechas socioeconómicas y territoriales, facilitar la equidad en el mundo del trabajo y avanzar hacia un nuevo modelo de país de cooperación público-privada al servicio del bienestar social. A partir de esta convicción, urge que los esfuerzos de todos los actores involucrados estén dirigidos a que, el que un día fue «el patito feo» del sector educación, se transforme al fin en el cisne que La Araucanía y el país necesitan.
Fuente: Diario Austral de Temuco