Por Leopoldo Ramírez A.
Director Ejecutivo de Vertebral
La IX Encuesta Nacional de la Juventud elaborada por el Injuv, entre otros aspectos, revela que ocho de cada 10 jóvenes estudian y/o trabajan, mientras que el 12% de ellos desarrolla alguna ocupación laboral mientras concluye su etapa académica. Al respecto, es importante valorar algunas de las virtudes intrínsecas de la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) y que la hacen una alternativa válida para los jóvenes.
De hecho, según cifras oficiales, hoy más de medio millón de alumnos han optado por la formación técnico profesional como una sólida opción de desarrollo humano y de prosperidad económica y laboral.
El aumento sostenido en la última década en la matrícula de instituciones técnico profesionales se explica por la versatilidad y agilidad de institutos profesionales y centros de formación técnica para adaptar sus ofertas educativas a la realidad de los jóvenes, que hoy demandan mayor tiempo a disposición para compatibilizar sus estudios académicos sin descuidar otras facetas de su vida familiar o personal.
En esta línea, la ESTP reconoce esos intereses y es capaz de conectar no solo con la juventud, sino que también con el futuro, ofreciendo programas de semipresencialidad o virtualidad, medida especialmente atractiva para un país como el nuestro, con muchas localidades alejadas de los centros urbanos y que imposibilitan el acceso oportuno a la educación superior.
Asimismo, jóvenes estudiantes optan por este tipo de formación por la posibilidad concreta de insertarse rápidamente al mundo laboral, percibiendo sueldos atractivos y ofreciéndoles la posibilidad de una permanente actualización de contenidos, dada su flexibilidad curricular, hecho que evidentemente repercute favorablemente en el dinamismo de la actividad económica y laboral.
Fuente: Diario La Tercera