Por Gonzalo Tomarelli

A propósito del Día Internacional de la Educación, proclamado por Naciones Unidas y conmemorado cada 24 de enero para realzar el papel que desempeña la educación a favor del desarrollo de las naciones, es preciso destacar la importancia que tiene la formación técnico profesional para la prosperidad del país y la incidencia que tendrá al corto y mediano plazo para absorber los inminentes cambios que producirá la llamada ‘Industria 4.0’.

Dada su particular naturaleza de habilitar para el mundo del trabajo, la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) es el tipo de formación idónea para efectuar la necesaria reconversión laboral de las personas, las que necesitarán adaptarse a nuevas competencias requeridas por el mercado, entre ellas marketing digital, ciberseguridad, robótica, inteligencia artificial, nanotecnología, entre otras. Es por lo anterior que resulta prudente comprender que la educación presencial y tradicional que hoy conocemos cambió, puesto que la educación ya no tiene barreras gracias al avance tecnológico.

Es esa flexibilidad, propia de sus particularidades, la que permite a la ESTP capacitar a la fuerza laboral que Chile necesitará con urgencia para los próximos 30 años. Sin embargo, esta no es una labor que compete exclusivamente a las Instituciones de Educación Superior Técnico Profesionales. Para afrontar la llamada ‘Industria 4.0’ resulta necesario el trabajo mancomunado entre los sectores productivos e industriales, el gobierno y, por supuesto, actores sociales. Sólo así se responderá adecuadamente a las exigencias que demanda la sociedad: la creación de nuevos puestos de trabajo y una renovada oferta académica.