Por Jorge Menéndez G., Rector CFT ENAC y Vicepresidente de Vertebral
Gonzalo Tomarelli R., Rector de Iplacex y Secretario General de Vertebral
La Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) es protagonista dentro del sistema de educación superior nacional. Así lo demuestran las cifras, pues ha crecido al cuádruple en los últimos 20 años, concentra prácticamente la mitad de la matrícula de pregrado y más de la mitad de la matrícula nueva.
Por eso, en el Consejo de Rectores de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica acreditados -Vertebral- nos preocupa profundamente que el debate sobre la utilización de excedentes del Fondo Solidario, u otros mecanismos que ayuden a paliar el déficit financiero que arrastran diversas casas de estudios superiores debido a la actual crisis sanitaria y económica, se centralice exclusivamente en universidades.
La Ley N° 21.091, sobre de Educación Superior, es clara en determinar que el sistema terciario de educación es uno solo. En consecuencia, la autoridad responsable debe corregir desigualdades e inequidades en el financiamiento de las instituciones de educación superior sin hacer distinciones en la naturaleza de éstas, pues todas son parte de un mismo sistema.
Es preciso recordar que la ESTP no recibe aportes basales del Estado y allí estudian –en general– los alumnos más vulnerables del sistema, que han optado por la formación técnico-profesional como un legítimo vehículo de movilidad social, puesto que entre sus principales características está la de insertar rápidamente a sus estudiantes en el ámbito laboral.
Son precisamente los centros de formación técnica y los institutos profesionales algunas de las entidades más afectadas por el avance del COVID-19, pues han tenido que incurrir en importantes inversiones no consideradas en la planificación para dar cumplimiento a su irrestricto compromiso de entregar educación de calidad a sus alumnos.
Fuente: El Mostrador