El destacado académico Rolando Hernández, de vasta trayectoria y experiencia en el mundo de la educación superior, recientemente asumió como Rector en el Instituto Profesional Virginio Gómez, perteneciente a la Universidad de Concepción. Desde su nuevo cargo, enfatizó en algunos puntos esenciales en los que guiará su administración.
¿Cuál será el sello de su gestión?
“La búsqueda de la excelencia, ya que para un desarrollo nacional armónico y en todos los niveles de la educación superior, y para tener equivalencia de oportunidades, en lo concreto, un país debe dar espacio de desarrollo a los talentos y capacidades de su gente, considerando las características particulares de las diferentes zonas, es decir, las ventajas competitivas y comparativas en todo territorio nacional. Lo anterior con el propósito planificado de tener la capacidad de dar valor agregado a lo que producimos y mejorar nuestras capacidades de generar sinergias a través de una mejor y más eficiente logística. Por eso creo que es absolutamente determinante la formación técnica profesional con la mayor excelencia posible, compromiso con el desarrollo del país y además entregando a nuestros alumnos la certeza que este camino elegido les asegura un crecimiento personal y bienestar en su vida futura.
¿Cuál es su sentir por asumir como Rector en Virginio Gómez?
Bueno, para mí es un honor asumir la Rectoría de un Instituto Profesional que lleva por nombre Dr. Virginio Gómez González, uno de los fundadores y gran promotor de nuestra Universidad de Concepción, siempre teniendo a la vista el saber hacer en la práctica, y quien, además, en forma muy decidida, dictó la primera clase, haciendo operativo el quehacer universitario de esta naciente institución educacional, que se gestó con la misión principal de formar capital humano. Como nació sin recursos, tenía que ser muy innovadora para autofinanciarse, en un principio, y poder realizar las tareas propias de una Universidad, institución que en los últimos 100 años ha influido sin duda alguna en forma importante y creativa en el desarrollo del país, aportando en todos los ámbitos del desarrollo nacional, sin perder de vista lo determinante de la igualdad de oportunidades para la prosperidad armónica y competitiva del país, siempre a la luz su lema “Por el Desarrollo Libre del Espíritu”.
¿Cómo vislumbra que será el sistema de Educación Superior Técnico Profesional post pandemia?
La Educación Técnico Profesional es clave también en esta época de pandemia, situación que nos impone una nueva realidad que requiere de pragmatismo, capacidad de cambio, rapidez y flexibilidad. Por estas razones es clave para salir adelante como país, ya que la formación técnico-profesional ofrece carreras de relativamente corta duración. Eso ya es una ventaja. En segundo lugar, otra característica de este tipo de sistema educativo es formar a la gente con competencias claras y dirigidas a una oferta laboral muy dinámica, en que hay que asumir que está en sintonía con el desarrollo del país en cada una de sus partes. También es destacable qué la formación técnica, por el hecho de ser de corta duración, dejan mucho más espacio a la post-formación, con orientaciones mucho más precisas.
¿Qué desafíos prevé para el corto y mediano plazo en la Educación Superior Técnico Profesional?
Dada la estructura y nivel de desarrollo de la industria nacional, hay un gran espacio de oportunidades y tiempo suficiente, ya que pasará todavía un largo periodo con sistemas “automatizados”, pero que requerirán intensivamente de personal técnico altamente capacitado para la mantención y operación del equipamiento en todas o gran parte de las labores productivas del país. No estamos en una industria 4.0, pero obviamente debemos avanzar en esa dirección y ahora en esta nueva realidad.
Dicho lo anterior como contexto, en lo que se refiere específicamente a la parte de la formación, que requiere entrenamiento en persona, claramente deben tenerse mucho más sistemas semipresenciales y simuladores y supongo que, además, contaremos con simulación de sistemas, máquinas y procesos que incorporen tecnología háptica, ya que con eso se agrega el sentido del tacto en la parte del aprendizaje, algo que es indispensable e ineludible.