Por Juan Pablo Guzmán A., Presidente de Vertebral
Aunque parezca que ha sido un tiempo difícil de soslayar, hoy en una nueva conmemoración del día de la Educación Técnico Profesional (ETP), es momento idóneo para destacar el sólido, sostenido e ineludible avance de esta formación, que se ha consolidado como una actividad académica privilegiada, de calidad y lo que es aún más importante, fundamental para impulsar el desarrollo y enfrentar los cambios tecnológicos, medioambientales y económicos que marcarán el futuro del país.
Aplaudimos que, como resultado de la intensa discusión sobre la reforma al sistema de educación superior -que culmina con la promulgación de la Ley 21.091- el país haya asumido una agenda de iniciativas que, directa e indirectamente, reconocen y fomentan el desarrollo de la Formación TP. Hoy contamos con una institucionalidad regulatoria definida y pertinente a la realidad del sistema TP, acompañada de iniciativas como la Estrategia Nacional para la Formación TP, el desarrollo del Marco Nacional de cualificaciones TP, las líneas de financiamiento concursables de Fondos de Desarrollo Institucional, que hasta hace poco no existían; el Programa del Ministerio de Educación y CORFO “IP CFT 2030”, que cofinancia iniciativas de innovación y transferencia tecnológica de las instituciones técnico profesionales que postulen, además de prestar asistencia técnica como capacitación docente en el área.
Otro ejemplo es la necesaria implementación del Sistema de Acceso a la Educación Superior Técnico Profesional, requerimiento legal que, no obstante contar con una definición regulatoria similar a la establecida para la formación universitaria, tras un proceso reflexivo, ha sido implementado en pleno cumplimiento a la Ley, en una aplicación pertinente a las características y necesidades de estudiantes e instituciones de este tipo de formación.
Es necesario destacar también, la fortaleza y versatilidad demostrada por las instituciones y comunidades de la ETP durante la pandemia. No han sido tiempos sencillos, especialmente para nuestros estudiantes y comunidad académica, pero en una nueva demostración de la resiliencia y flexibilidad que los caracteriza, han logrado sortear con éxito un año y medio en el que fueron golpeados duramente por los efectos sociales y económicos derivados de la pandemia.
Sin duda, estos tiempos han sido de aprendizajes y crecimiento, especialmente, para la Educación Superior Técnico Profesional, que, respondiendo a los nuevos desafíos, ha emergido con fuerza y convicción para ofrecerle al país capital humano altamente especializado y comprometido, capaz de entregar respuestas claras, innovadoras y eficaces a las demandas de los sectores productivos y de sus propias comunidades locales. Hoy con más fuerza que nunca decimos: ¡Somos orgullosos de ser técnicos!
Fuente: El Mostrador