El rol de la Educación Superior Técnico Profesional en la formación de capital humano calificado

14-12-2021

Más de la mitad de los estudiantes de pregrado optan por carreras con modelos educativos flexibles, que les permiten insertarse rápidamente en el mundo laboral para satisfacer la demanda de la industria 4.0.

La educación superior técnico profesional está en su mejor momento. De hecho, acapara más de la mitad de la matrícula nueva de pregrado en Chile. Hoy, los institutos profesionales (IP) y los centros de formación técnica (CFT) entregan una formación habilitante para el trabajo, junto con una serie de ventajas que hacen atractiva su oferta.

«Lo que los distingue de las universidades es que ofrecen carreras mucho más cortas, que permiten una rápida inserción laboral, percibiendo sueldos atractivos al poco tiempo del egreso, con la posibilidad de una permanente especialización, porque son modelos educativos flexibles y que se adecúan a las necesidades de las personas», afirma el director ejecutivo del Consejo de Rectores de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados (Vertebral), Leopoldo Ramírez.

Según el ejecutivo, la matrícula de los IP y los CFT ha crecido considerablemente, especialmente en la última década. Si en 2011 había poco más de 400 mil estudiantes cursando estudios superiores técnico profesional, hoy ese número sobrepasa los 500 mil. «Eso quiere decir que los jóvenes chilenos y adultos trabajadores prefieren estudiar carreras cortas que les permitan acceder rápidamente al campo laboral. Y creemos que este fenómeno se seguirá extendiendo, dado que los IP y CFT serán clave no solo para ayudar a recuperar nuestra economía, sino también para la reconversión de la fuerza laboral chilena», sostiene.

Los datos de matrícula 2021 no hacen más que confirmar la tendencia que se refleja desde 2010: una mayor matrícula de primer año en las instituciones de formación técnico profesional (CFT e IP). Si en 2010, por primera vez, el ingreso a primer año en este tipo de instituciones superó el 50% en educación superior, en 2021 llegó a 57%, en contraposición con el 43% que ingresa a una universidad. Así lo consigna el Informe 2021 de Matrícula en Educación Superior, elaborado por el Servicio de Información de Educación Superior del Ministerio de Educación.

Sincronía y colaboración

Leopoldo Ramírez cree que uno de los grandes atractivos de los institutos profesionales y centros de formación técnica es que están en constante sincronía con los sectores productivos y económicos del país. «Y al existir este trabajo mancomunado, son las propias empresas o industrias las que alertan sobre las necesidades laborales existentes para que los IP y CFT actualicen sus ofertas académicas a fin de preparar capital humano altamente especializado que dé respuestas a estas necesidades. Esto se acentuará con el paso del tiempo, porque la llamada ‘cuarta revolución industrial’ propiciará que desaparezcan miles de puestos de trabajo y se creen muchos otros y allí los IP y CFT cumplirán un papel preponderante al formar a los nuevos técnicos y profesionales que requerirá el país para forjar su desarrollo», comenta.

En este contexto, el director ejecutivo de los IP y los CFT valora la fluida vinculación entre la industria y la academia, que fomenta una actualización permanente de la oferta académica, para dar respuestas rápidas, innovadoras y sustentables a las nuevas demandas de los sectores productivos. «Creemos que la educación superior técnico profesional seguirá en franco ascenso», dice.

La pandemia, cuyos efectos han sido evidentes en diversos ámbitos, también ha generado cambios en el mundo del trabajo y, por ello, Leopoldo Ramírez considera que es más necesaria que nunca la reconversión de la fuerza laboral y el aumento de la productividad, proceso que, dada su particular naturaleza, debe ser encabezado por los centros de formación técnica y los institutos profesionales. Esto «dada su comprobada expertiz en la formación de capital humano calificado, sus programas de estudios cortos y flexibles y por la estrecha relación en sus procesos formativos con los cambios tecnológicos enmarcados en la Industria 4.0», dice. En este sentido, el sector técnico profesional podría ser esencial a la hora de mejorar la empleabilidad y la productividad.

Agrega que el trabajo sistemático de los actores del subsistema técnico profesional ha logrado reflejar el valor de la formación que ofrecen los IP y los CFT. «En el corto y mediano plazo la formación técnico profesional será fundamental para apoyar el proceso de recuperación económica a través de la reconversión de la fuerza laboral, proceso que, dada su particular naturaleza, deberán encabezar los IP y CFT, por su experticia en la formación de capital humano calificado, con programas de estudio cortos y flexibles y una estrecha y prolífera relación entre sus procesos formativos y los cambios tecnológicos enmarcados en la Industria 4.0», señala.

Fuente: El Mercurio

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