Rectores y estudiantes plantean esta hipótesis, de la mano del aumento de la delincuencia alrededor de campus y menos micros en horario nocturno.Hasta 2015, los programas de enseñanza superior que se impartían en horario nocturno mostraban una tendencia al alza que llegó a un máximo de más de 314 mil estudiantes de pregrado. Desde esa fecha, la matrícula vespertina comenzó a disminuir hasta alcanzar los 240 mil inscritos en 2021.
Este año, el informe del Sistema de Ingreso a la Educación Superior (SIES) registró una nueva caída, al anotar 225.975 alumnos, una baja del 5,9% respecto del año pasado; de 19,9% al comparar con 2018, y de 24,1%, con 2013.
Durante los últimos años, y en particular en 2022, algunos rectores han vinculado este descenso en los matriculados vespertinos a la sensación de inseguridad y la falta de transporte en horarios nocturnos alrededor de varios campus universitarios, según lo reportado por los mismos estudiantes.
Belén Santibáñez (26), por ejemplo, cursó Ingeniería Comercial en la U. Mayor, y dice que en dos de sus últimos semestres prefirió tomar algunos ramos después de las 19:00 horas.
«Me servía harto, porque en las mañanas trabajaba abriendo cuentas bancarias y aprovechaba mejor el tiempo», recuerda.
No obstante, afirma que descartó esa opción en su último año, ya que ‘salíamos muy tarde y si no alcanzaba a tomar el metro, sentía que quedaba como botada (…). Varias veces tuve que llamar a alguien para que me fuera a buscar por miedo a que me asaltaran o me pasara algo’.
Su mirada coincide con lo que plantea el rector de Duoc UC, Carlos Díaz, quien asegura que cada vez los jóvenes se ven menos atraídos por la opción vespertina debido a esas externalidades del horario nocturno.
«Hay muy poca frecuencia de transporte, y eso perjudica a nuestros estudiantes, porque el mundo vespertino funciona hasta las 23:00 horas. Entonces, cuando sales a tomar locomoción a esa hora, y hay gente que debe tomar más de un transporte, y el metro está cerrado y las micros funcionan con menos frecuencia o dejan de pasar, tenemos un tremendo problema».
En ese sentido, el rector Díaz apunta que , «evidentemente, los estudiantes vespertinos empiezan a buscar alternativas o a postergar estudios, o también a mirar programas híbridos u online».
El también presidente de Vertebral -agrupación que reúne a planteles técnicos acreditados- añade que «es un problema que hemos constatado no solo en la Región Metropolitana, sino que en varias regiones, por lo que nos hemos juntado con varias autoridades de Educación, Transportes y gobiernos regionales para abordar el tema de transporte y sobre todo de seguridad (…). En Biobío también hablamos con la gente del tren, para ver si podían dejar un servicio en ese horario, pero finalmente dijeron que no».
Díaz puntualiza que «no es solo en sectores céntricos, sino que lo mismo pasa en Puente Alto, San Bernardo, Concepción, Viña del Mar y Valparaíso».
Lo anterior se suma a la preocupación de estudiantes y autoridades de instituciones de educación superior emplazadas en el llamado «barrio universitario», entre Los Héroes y República, donde hay una decena de planteles cuyos alumnos se han movilizado para visibilizar un aumento en la delincuencia en el sector.
El Centro de Estudiantes de Ingeniería Industrial de la U. Diego Portales (CEIND), de hecho, señala que mapeó una treintena de casos, entre asaltos, ataques y hasta intentos de secuestro a estudiantes, y gestionó clases de defensa personal gratuitas.
Aunque valora la mesa de trabajo que han llevado adelante universidades e institutos del barrio, en conjunto con la Municipalidad de Santiago, Carabineros y Metro, entre otras organizaciones, el presidente del CEIND, Arian Cabrera, considera que «la delincuencia en el sector ha bajado bastante poco’, por lo que plantea que ‘falta hacer más transversal el trabajo».
Soledad Rosales, directora de Servicios Generales de la UDP, que integra la mesa de trabajo con el municipio, asegura que «se han aumentado los patrullajes, y lo hemos percibido, y también en los horarios vespertinos, además de que se ha detenido a varias bandas delictuales».
También afirma que «se ha mejorado la luminaria pública, se han hecho podas de árboles e incrementado las charlas de autocuidado hacia los alumnos en las diferentes universidades».
Fuente: El Mercurio