El nuevo modelo de acreditación integral contempla que todas las instituciones de educación superior podrán acreditar la dimensión de Investigación, Creación y/o Innovación de manera voluntaria.
Sergio Morales, secretario general del Consejo de Rectores de IP y CFT Acreditados (Vertebral) y rector del CFT San Agustín, comenta que este es un gran desafío para su sector, y, a la vez, una muy buena señal sobre la madurez alcanzada por estas entidades.
«La Ley 21.091 estableció que la CNA definiera nuevos criterios y estándares, y que se fijaran normas para el Subsistema Técnico Profesional. Esta dimensión, específicamente, consta de dos criterios, uno que indica que las instituciones deben definir los mecanismos que les permitan evaluar sus políticas, verificar resultados e impacto y aplicar los procesos de mejoramiento y ajustes necesarios, y otro que alienta a establecer las normas que regulan el reconocimiento de estas actividades», señala.
Su entrada en vigencia será el 1 de octubre de 2023, por lo que las instituciones de educación superior se han estado preparando para poder dar cuenta de las dimensiones obligatorias y optativas. En este contexto, Morales manifiesta que el desafío futuro para este sector estará en cómo las instituciones de educación superior técnico-profesionales logren generar o adaptar sus capacidades internas y ponerlas al servicio del territorio.
«Esto requiere que se realice una reflexión y decisión respecto de dónde están las fortalezas internas y las oportunidades externas, pero también de un decidido apoyo de recursos financieros por parte del Ministerio de Educación, pues los aranceles regulados y la limitación al crecimiento no dejan alcanzar esta virtuosa consolidación entre innovación y territorio», advierte el directivo.
Fuente: El Mercurio