Académicos confían en que algunas de las medidas son posibles de replicar en nuestro país.
‘Singapur es un país que hace 60 años tenía un PIB per cápita de 550 dólares y hoy día llega a 70.000 dólares, es uno de los más ricos del mundo. Como no tienen recursos naturales, la inversión más fuerte la hicieron en educación’.
La explicación es de Carlos Díaz, rector de Duoc UC y presidente de Vertebral, agrupación gremial que reúne a 26 institutos profesionales y centros de formación técnica acreditados. Precisamente, ese milagro de desarrollo fue lo que interesó a una delegación que viajó al país asiático entre el 21 y 25 de noviembre, para conocer in situ cómo funciona el alabado sistema educativo técnico en esta nación de poco más de cinco millones de habitantes. Fueron 22 personas -entre ellos nueve rectores de instituciones de Santiago y regiones- que recorrieron los politécnicos Temasek, Nanyang, Ngee Ann y Singapore, además de la Universidad Nacional (11ª mundial en el prestigioso ranking QS), el Ministerio de Educación y el Instituto de Educación Técnica (ITE en inglés).
¿Con qué se encontraron? ‘La educación se plantea como eje central del desarrollo económico y social. A partir de esto, se forma un círculo virtuoso entre el Estado, las instituciones y las empresas, que están planeando cómo solucionar los problemas que vienen a futuro y trabajan en conjunto’, destaca el rector Díaz. Una consecuencia de esta alianza es que los alumnos hacen sus ramos con casos reales de las industrias. ‘Tienes una conexión permanente entre la problemática de las empresas y lo que estás analizando en clases’, comenta. La delegación tomó nota de cuatro grandes virtudes del sistema: -Mallas flexibles: las vacantes las deciden según las necesidades que proyectan.
‘Tienen 23 sectores productivos y organizan la fuerza laboral en función de las demandas de empleo de los próximos años, asignan distintos cupos de carreras específicas’, explica María Trinidad Riesco, rectora del IP Culinary y vicepresidenta de Vertebral, quien también formó parte del viaje. Otra característica de los singapurenses es que mezclan disciplinas académicas en sus mallas. ‘Ellos hablan de que el mundo moderno es tan complejo que las soluciones tienen que ser interdisciplinarias; no sacamos nada con tener un ingeniero que sólo sepa de ingeniería: tiene que saber de diseño, de arquitectura, de otras disciplinas’, ilustra.
Emprendimiento: ‘Creen que eso no se forma en la sala de clases, por eso mandan a muchos alumnos a Silicon Valley para que aprendan cómo emprender’, señala la académica aludiendo al NOC Program, que desde 2002 detecta a quienes tienen pasta para crear su propio negocio y los envían por un año a Estados Unidos. En 20 años han mandado a 3.876 alumnos, que han creado 1.042 startups. De ellas, 465 siguen funcionando y 9% tiene su casa matriz en Singapur, según las cifras que maneja Vertebral.
Educación continua: el concepto es lifelong learning (‘educación de por vida’), que se la juega por capacitaciones para actualizarse y aprender constantemente. ‘El Estado da subsidios muy importantes: mientras mayor la edad de la persona, mayor es el subsidio’, aclara el rector Díaz. Por ejemplo, a los mayores de 40 años les pagan el 90% de sus capacitaciones.
Calidad de profesores: se les exige experiencia práctica previa en empresas (para el ITE piden 3 años, para los politécnicos de 5 a 10 años) y una capacitación en temas pedagógicos que puede durar hasta 100 horas. También deben tomar cursos de actualización. ‘Creen que el profesor tiene que capacitarse la mitad del tiempo y la otra mitad en el aula’, afirma María Trinidad Riesco.
‘Estamos en la mitad’
Aunque advierte que existen grandes diferencias culturales entre Singapur y Chile -como el competitivo ambiente escolar o que allá casi no existe la deserción en la educación superior: el 94% de sus alumnos se titula- la rectora cree que hay opciones de replicar algunas medidas en nuestro país. ‘Soy optimista de que algunas cosas se pueden implementar fácil. Por ejemplo, a los docentes hay que meterles más capacitación, el tema del emprendimiento también’, indica. Concuerda el rector Díaz.
‘Podemos refortalecer la asociación Estado, instituciones y empresas en un plan estratégico asociado al desarrollo del país; lo segundo es fortalecer la calidad disciplinar de los docentes. Eso lo podemos hacer, no al nivel de ellos, se demoraron 60 años; nosotros estamos en la mitad, pero podemos hacer cosas. Compararnos con un país de 70.000 dólares per cápita es imposible, pero hay muchas cosas que podemos hacer, volvimos entusiasmados’, concluye.
Fuente: Las Últimas Noticias