Columna de nuestra vicepresidenta, Trinidad Riesco: «La ESTP, pilar fundamental para la equidad, la productividad y la sostenibilidad»
Por M. Trinidad Riesco E., rectora del IP Culinary y vicepresidenta del Consejo de Rectores Vertebral
La educación superior técnico-profesional (ESTP) ha experimentado un sostenido crecimiento en la última década. A la fecha, más de medio millón de jóvenes y adultos trabajadores han cursado estudios superiores en un instituto profesional (IP) o en un centro de formación técnica (CFT) por legítima vocación, entendiendo que la formación técnico-profesional (FTP) presenta cualidades que la distingue de las carreras universitarias, al ser más corta, flexible y posibilitando la rápida inserción en el mundo laboral.
Sin embargo, sería mezquino centrar el análisis en las posibilidades que ofrece la ESTP para el crecimiento individual y familiar de las personas, pues también resulta preponderante para el desarrollo del país y sus regiones, al formar capital humano especializado en materias que son y serán muy relevantes, como el cambio climático, la sustentabilidad, el medio ambiente, la tecnología, la innovación y el crecimiento económico, por nombrar algunos de los aspectos más trascendentes que se deben abordar en el corto y mediano plazo.
En efecto, la educación técnico-profesional es un pilar fundamental para la equidad, la productividad y la sostenibilidad de los países, pues contribuye a mejorar las condiciones de acceso igualitario al sistema terciario de educación, al empleo, al emprendimiento y al trabajo digno. En consecuencia, la FTP ha tomado un rol protagónico en Chile y el mundo debido, principalmente, a su apoyo decidido para la competitividad y el crecimiento de las naciones, y por favorecer la empleabilidad de las personas.
Es importante destacar que en el escenario actual que vivimos hemos sido testigos de que los técnicos y profesionales son fundamentales para mantener en funcionamiento el país. Pero todavía existe el desafío de continuar desarrollando este tipo de formación tan indispensable para alcanzar las metas y retos que Chile requiere en el futuro inmediato.
Concretamente, para mejorar el reconocimiento de la educación técnico-profesional se pueden articular las trayectorias formativo-laborales de manera eficiente entre sus diferentes niveles y modalidades de provisión: formal, no formal e informal. Otra manera es mejorar las competencias de los docentes de la educación media técnico-profesional (EMTP) y redefinir el título acorde a las cualificaciones. También se puede promover el proceso de vinculación con la educación superior, reconociendo los aprendizajes previos de estudiantes egresados de estos establecimientos, algo en lo que el país ha avanzado indudablemente, pero que requiere más impulso para alcanzar los niveles de países considerados paradigmas en esta materia. Por último, es posible establecer mecanismos de reconocimiento de competencias, cualificaciones o dominios laborales logrados en el sector productivo por parte de trabajadores o trabajadoras sin certificaciones oficiales de títulos técnicos o profesionales, pero con una trayectoria que avale este conocimiento adquirido.
Fuente: Diario El Mercurio
