Sergio Morales, secretario general de Vertebral, comentó que más allá de entregar habilidades laborales a los estudiantes, es necesario apoyarlos en sus trayectorias formativas.
En los últimos años, la Educación Técnico Profesional adquirió nueva fuerza gracias a la vinculación que posee con la tecnología, la cual registra cada vez mayor presencia en el desarrollo de los países. Es una buena noticia para este nivel de enseñanza, sin embargo, eso no significa que esté ajena a desafíos que deben ser superados para experimentar un avance definitivo.
La falta de articulación entre la educación técnica que se imparte en liceos con la que se entrega en ámbitos superiores de enseñanza es el gran escollo actual que visualiza Sergio Morales, secretario general de Vertebral, Consejo de Rectores de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados.
Según comentó Morales, el problema de la articulación se genera porque es esencial entender que la formación técnico profesional no solo tiene como objetivo dotar a las personas de habilidades laborales, sino también apoyar trayectorias formativas y proyectos de vida en constante evolución.
«En este contexto, es vital redefinir el propósito de la enseñanza media técnico profesional. Actualmente, más de la mitad de los estudiantes que optan por esta modalidad continúan sus estudios en carreras postsecundarias tras finalizar el cuarto medio. Esto plantea la pregunta: ¿Estamos preparando adecuadamente a nuestros jóvenes para el mundo diverso y complejo o simplemente ofreciendo una alternativa educativa laboral, sin considerar lo cambiante que será la forma de ver los mercados futuros por la tecnología, el metaverso y los sistemas interconectados?», sostuvo.
El también rector del CFT San Agustín agregó que es imperativo abordar estos desafíos para garantizar que este sistema educativo medio, cumpla con las necesidades de desarrollo del país y las demandas del mercado laboral.
Tal como se indicó anteriormente, la tecnología está directamente relacionada con la formación técnico profesional y para Sergio Morales, en la era de la digitalización y la cuarta revolución industrial, la Educación Técnico Profesional en Chile no ha permanecido ajena a los rápidos cambios tecnológicos. «Estos avances, que abarcan desde la Inteligencia Artificial hasta la robótica, están redefiniendo el panorama laboral y, por ende, las habilidades y competencias que se requieren en el mercado», dijo.
En ese sentido, el representante de Vertebral sostuvo que las carreras tradicionales están experimentando una transformación en sus currículos, incorporando contenidos relacionados con nuevas tecnologías, programación y análisis de datos, incluso en áreas que anteriormente no tenían un enfoque tecnológico. «Por ejemplo, un técnico en agricultura ahora podría necesitar conocimientos en drones o en programación de sistemas automatizados».
Añadió que la demanda de carreras relacionadas directamente con la tecnología ha aumentado exponencialmente. Áreas como ciberseguridad, desarrollo de software y análisis de big data se han convertido en campos de estudio esenciales en el nivel técnico profesional. De esa manera, las instituciones están adaptando su oferta educativa para satisfacer estas demandas emergentes.
«Sin embargo, este cambio tecnológico también plantea desafíos. La velocidad con la que evoluciona la tecnología requiere que las instituciones sean ágiles en la actualización de sus programas y en la formación de sus docentes, que se incorporan a estas nuevas líneas formativas. Además, es esencial garantizar que el acceso a estas nuevas herramientas y conocimientos no aumente la brecha educativa entre diferentes grupos socioeconómicos», reflexionó Morales.
El rector aseguró que, en la última década, la educación técnico profesional en Chile ha experimentado un notorio y continuo crecimiento, superando incluso la cantidad de estudiantes de primer año inscritos en universidades. Este avance se ha visto respaldado por mejoras sustanciales en las tasas de éxito oportuno, un logro que ha sido en parte propiciado por políticas como la implementación de la gratuidad educativa.
«Esta medida (la gratuidad) ha permitido que muchos jóvenes, especialmente aquellos provenientes de sectores más vulnerables, puedan acceder a una educación superior sin la carga financiera que esto solía implicar. Sin embargo, con el aumento en la demanda de estas carreras, también ha surgido un mayor interés por parte de los jóvenes en aprovechar los beneficios que ofrece la gratuidad», explicó Morales.
Fuente: Diario Crónica Chillán