Carta de nuestras rectoras por el Día de la Mujer: «Paridad económica»
Por Loreto Ferrari; Anamari Martínez; Carla Aceituno; Gloria Iturra; Andrea Mora; Claudia Mora; María Trinidad Riesco, Rectoras del Consejo de Rectores Vertebral
Una fecha tan fuertemente arraigada en la sociedad chilena y mundial como el Día Internacional de la Mujer invita inexorablemente a reflexionar sobre los avances y los desafíos que aún persisten en materia de igualdad de género. Y uno de esos desafíos es la brecha laboral que enfrentan las mujeres a nivel mundial, que según el último informe del Banco Mundial “La mujer, la empresa y el derecho 2024”, es mucho más amplia de lo que se pensaba.
El estudio, que analiza a 190 economías y mide el entorno favorable para las oportunidades económicas de las mujeres, alerta que ellas tienen cerca de dos tercios de los derechos de los hombres y que, incluso, en ningún lugar del mundo tienen los mismos derechos legales que los hombres en todos los indicadores medidos. En el caso de Chile, la puntuación del país fue de 77,5, por sobre la región de Latinoamérica, pero por debajo de las economías de mayores ingresos de la OCDE. Esto significa que existen barreras legales y regulatorias que limitan la participación y el desarrollo de las mujeres en el mercado del trabajo.
Entre esas barreras se encuentran la discriminación salarial, la falta de protección social, la violencia de género, la baja representación política y la escasa conciliación entre la vida laboral y familiar. Estos factores no solo afectan los derechos y el bienestar de las mujeres, sino también el crecimiento económico y el desarrollo social de los países.
En este contexto, las instituciones técnico-profesionales en Chile -Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados- tenemos un rol fundamental para contribuir a cerrar esta brecha. Estamos preparando más mujeres con las habilidades y destrezas que Chile y el mundo demandan, en áreas como la tecnología, la ingeniería, la innovación y el emprendimiento. Estas mujeres son el motor del cambio y el progreso, y merecen tener las mismas oportunidades y condiciones que sus pares masculinos.
Pero no basta con formarlas. El mercado laboral y las políticas públicas tienen que ocuparse decididamente de que estas mujeres más preparadas y altamente capacitadas sean tratadas de forma equitativa y reciban los mismos salarios. Esa es una brecha que no ha sido subsanada y que urge corregir. Según el último informe del Foro Económico Mundial, al ritmo actual se necesitarán 169 años para lograr la paridad económica entre hombres y mujeres. No podemos esperar tanto tiempo.
