El representante de las instituciones de educación técnico profesional destacó el papel de estas entidades, por el aporte que pueden entregar en la preparación de personas especialistas en áreas tecnológicas de gran influencia en los tiempos actuales.
Con el paso de los años, la Educación Técnico Profesional logró cambiar un sesgo que existía sobre ella en relación con la enseñanza universitaria. De cierta manera, se consideraba un «hermano menor» con posibilidades más limitadas.
Esa circunstancia quedó en el pasado, en parte por la importancia que las tecnologías adquirieron en la vida actual, área en la que los profesionales egresados de carreras técnicas tienen más que decir.
Así lo planteó Sergio Morales, presidente del Consejo de Rectores Vertebral y rector del CFT San Agustín, quien afirmó que la evolución del mercado laboral, con una mayor demanda de técnicos y profesionales especializados en áreas como la tecnología, la salud y la energía, ha elevado el estatus de la Educación Técnico Profesional. «Las empresas valoran cada vez más la formación técnica debido a su enfoque práctico y su capacidad para responder rápidamente a las necesidades industriales, lo que se ha traducido en que actualmente las remuneraciones en varias carreras sobrepasan a las de carreras universitarias», dijo.
– En esa línea de cambios, ¿considera que hay más participación femenina en las carreras técnico profesionales que, históricamente, registran mayor presencia masculina?
-Sí, hay un aumento, aunque la brecha de género persiste de manera significativa en ciertos campos. Seguimos de cerca la evolución de la participación femenina en carreras STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), en las que se han implementado un conjunto de acciones tendientes a facilitar la incorporación de las mujeres en esta área del conocimiento. Solo a modo de ejemplo, destacamos el incremento en el número de becas y programas de apoyo enfocados en este grupo.
– Qué desafíos tienen hoy las instituciones de educación técnico profesional en Chile?
-El primero de estos desafíos guarda relación con la discusión actual sobre financiamiento. En un contexto en que las instituciones hacen enormes esfuerzos para responder a las nuevas exigencias de la autoridad reguladora, creemos que existe la necesidad de una discusión profunda en torno al diseño e implementación de políticas públicas de largo plazo que promuevan y apoyen el desarrollo de IP y CFT.
Un segundo desafío está marcado por la necesidad de establecer un diálogo acerca del rol que a cada uno de los actores del sistema educativo nos cabe en la definición y ajustes del modelo de desarrollo futuro que queremos para nuestro país.
– Ya que menciona el futuro, ¿cómo proyectan los próximos años de la Educación Técnico Profesional?
-Un futuro marcado por la transformación digital, la sostenibilidad y la capacidad de responder ágilmente a las necesidades de un mercado laboral dinámico y cambiante. Proyectamos que, en los próximos años, esta modalidad educativa se verá fortalecida por varios cambios clave, tales como la digitalización y tecnologías emergentes, la masificación de la Inteligencia Artificial, el big data y la automatización.
Por otra parte, creemos que la sostenibilidad se consolidará como un ejecentral en la formación técnico profesional. Las instituciones desde hace un tiempo vienen integrando las denominadas ‘competencias verdes’ en sus programas, Asimismo, la articulación entre la educación técnico profesional y la educación superior debería tender a fortalecerse, facilitando la movilidad de los estudiantes entre distintos niveles educativos.
Por último, la colaboración con el sector productivo se intensificará, asegurando que los programas educativos estén alineados con las necesidades reales de las distintas áreas productivas.
Fuente: Diario El Sur