Soft skills, claves para destacar en un mercado laboral tecnologizado
Sergio Morales, presidente del Consejo de Rectores de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados, afirma que las instituciones de educación superior TP «han respondido a estas demandas adoptando un enfoque que prioriza la formación integral».
En los últimos años, con la automatización y la digitalización absorbiendo muchas funciones dentro del mercado del trabajo, los ojos se han puesto en las habilidades blandas o soft skills como elemento diferenciador y decisivo para contratar o ascender a profesionales.
El informe «The Future of Jobs Report 2024», publicado por el Foro Económico Mundial, explora esta situación, y entre sus conclusiones destaca que de aquí a 2027, seis de cada diez trabajadores necesitarán reorientar sus habilidades laborales principalmente hacia nuevas tecnologías y al liderazgo de grupos.
Por otra parte, de acuerdo con investigaciones realizadas por la Universidad de Harvard, la Fundación Carnegie y el Centro de Investigación de Stanford, el 85% del éxito laboral proviene de tener habilidades sociales o soft skills. Estas, detalla la sicóloga laboral y reclutadora independiente Pamela Alfaro, van más allá de los conocimientos que requiere cada profesión. «Son un complemento imprescindible para augurar un mejor desempeño en un puesto de trabajo. Además, a diferencia de las competencias técnicas, que son específicas de cada profesión, las habilidades blandas son transversales», afirma.
Formación integral
Alfaro comenta que se ha enfrentado en múltiples ocasiones a «candidatos que tienen un currículum interesante y experiencia, pero están débiles en su capacidad de interacción social, inteligencia emocional, comunicación efectiva, trabajo en equipo, resolución de conflictos, entre otros», lo que inclina la balanza en su contra en la decisión de contratarlos.
¿Cuáles son las soft skill más demandadas en la actualidad? Estudios del Banco Mundial y de plataformas especializadas en empleo, como LinkedIn e Indeed, destacan —además de aquellas mencionadas por Alfaro— el liderazgo, la creatividad, la capacidad de negociación, la honestidad y la ética profesional. Habilidades que, si no se tienen, «se pueden entrenar, perfeccionar, fortalecer, desarrollar con entrenamiento o a través de la práctica a lo largo del tiempo, para lograr una mejor inserción y/o desempeño laboral», dice la reclutadora.
Cuestión que corrobora Sergio Morales, presidente del Consejo de Rectores de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados, quien afirma que las instituciones de educación superior TP «han respondido a estas demandas adoptando un enfoque que prioriza la formación integral. Además de las competencias técnicas, los programas incluyen talleres y asignaturas orientadas al desarrollo de la mentalidad de crecimiento y la adaptabilidad».
Los resultados —continúa Morales— han sido prometedores, pues los egresados de la educación superior TP se destacan transversalmente por su capacidad de adaptarse a entornos cambiantes y abordar problemas de manera proactiva, «lo que es valorado positivamente por muchas empresas que reconocen a nuestros estudiantes como técnicos y profesionales preparados no solo para cumplir, sino para liderar en sus roles».
Fuente: El Mercurio
