Por Rodrigo Cerón Prandi
Director de Vertebral
Rector Escuela de Contadores Auditores de Santiago
La Prueba de Selección Universitaria (PSU) es finalmente utilizada por universidades como un instrumento de selección e ingreso a los distintos planteles adscritos al sistema universitario. Por otro lado, la postura de la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) ha sido el dar oportunidades a diversos segmentos, no solo estudiantes recién egresados de cuarto medio que han rendido la PSU.
Por tanto, la PSU como el sistema único de selección, implanta criterios que no se condicen con nuestros propósitos, que es tener a los estudiantes y su futuro como el centro de nuestro quehacer, independiente de su origen y edad, reconociendo su diversidad, haciéndonos cargo de condiciones de inicio y guiándolos a lo largo de todo su proceso de aprendizaje.
Es indudable que la PSU -implícito en su nombre- está pensada, diseñada y ejecutada bajo la lógica universitaria, convirtiéndose en una herramienta discriminatoria para los estudiantes de la formación técnico-profesional. Por ejemplo, los estudiantes vespertinos difícilmente encontrarán tiempo para prepararse para rendir una prueba de selección en la oportunidad necesaria para dirimir la ocupación de las vacantes de un sistema general de admisión.
Asimismo, un sistema de acceso que considere un solo proceso de admisión al año es absolutamente desalineado con la realidad técnico profesional y responde a códigos que no se hacen cargo de la admisión continua en carreras en modalidades online y semipresenciales, la matrícula de segundo semestre, ni considera la movilidad y articulación dentro del sistema educacional.
La ESTP es habilitante para el trabajo y tiene la flexibilidad para responder a las demandas de desarrollo y transformación digital que el país requiere.
Fuente: Diario La Tercera