Expertos sostiene que los programas flexibles, el valor laboral de un cartón y la educación continua son factores que inciden.
08 de abril de 2021
El caso de la actriz Alejandra Herrera, que acaba de obtener su título a los 49 años (LUN 07/04), puso el foco en la cantidad de cuarentones -o mayores- que completan tardíamente sus estudios en la educación superior. Es una cifra que viene creciendo desde hace tiempo. Según el último informe del Mineduc, en 2019 se titularon 25.764 alumnos de 40 años o más, un gran salto comparado con los 16.404 de 2016 (ver tabla).
La cifra incluye a todos los titulados de pregrado, postítulo, magíster y diplomado en universidades, institutos profesionales (IP) y centros de formación técnica (CFT). Hablando solo en pregrado, en 2019 se titularon 13.691 personas de ese rango etáreo. ‘Es una súper buena noticia’, opina Andrés Bernasconi, académico de la Facultad de Educación UC y director del Centro Justicia Educacional (CJE). ‘La educación superior debe estar abierta a estudiantes de edades nos tradicionales, que van de los 18 a 24 años. Hace mucho rato que uno ve estudiantes de edades mayores que esas, sobre todo en programas vespertinos de IP y CFT’, señala.
La hipótesis del académico es que hay un factor preponderante en este aumento: ‘Puede ser efecto de una modalidad de programa que se ha ido extendiendo a varias universidades; empezó hace 10 años, se llaman Advanced y son programas de prosecución estudios’. Un foco de los Advanced son personas con estudios universitarios incompletos o que buscan sumar títulos. ‘Ofrecen una malla de estudio más corta para completar su formación. Por ejemplo, típicamente, contadores auditores que quieren sacar ingeniería comercial o ingenieros en ejecución que quieren sacar ingeniería civil’, detalla Bernasconi. ‘Esto habla muy bien de que el sistema se está adaptando a las necesidades de los estudiantes. Ofrece, por así decirlo, programas a medida de las trayectorias formativas con las que vienen las personas que ingresan. Es muy positivo, porque da cuenta de una mayor flexibilidad en el diseño de los programas’, destaca.
Estudiar después del trabajo
Un ejemplo lo tiene la Universidad de Las Américas (UDLA), donde 40% de su matrícula total estudia en las modalidades Executive y online, para adultos que trabajan. ‘La gracia de Executive es que tiene una programación distinta. Los semestres son más largos -por ejemplo, salen en enero, no en diciembre- y las clases se dictan a partir de las 18:30 hasta las 22 horas, dos veces a la semana y la mitad del sábado.
Eso permite que una persona pueda salir de su trabajo y llegar a clases perfectamente’, cuenta Javier Navarro, vicerrector de Admisión UDLA. ¿Cuánto se demora en sacar el título alguien que ya egresó de una carrera y sólo le falta el cartón para titularse? ‘Depende de la carrera: se toma la malla académica de la institución donde estudió y se analizan qué ramos son homologables al programa que se dicta acá. De acuerdo a eso, se le entrega de manera personalizada cuánto tiempo más tiene que estudiar. Probablemente se demora un año y medio, dependiendo de la universidad que proviene y la similitud de las carreras’, aclara.
Nueva visión
Leopoldo Ramírez, director ejecutivo de Vertebral, consejo de IP y CFT acreditados, dice que el aumento de matriculados mayores de 35 años es sostenido desde 2010. ¿Los motivos? Uno es económico. ‘El sistema chileno entrega un alto retorno al portador de un título técnico’, explica Ramírez. Otro aspecto es cultural. ‘Se ha entendido que la educación superior tradicional, asumida como un período de 3 a 5 años después de la enseñanza media, es una tendencia que va en retirada. La gente está asumiendo el desafío de educarse a lo largo de la vida’, resalta.
Fuente: Las Últimas Noticias