Por María Trinidad Riesco, rectora IP Culinary y consejera de Vertebral
En diciembre de 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció cada 18 de junio como el Día de la Gastronomía Sostenible, decisión que se sustenta sobre el fundamento de que la actividad culinaria posee una indiscutible expresión cultural de la diversidad natural del mundo.
Ante la actual crisis sanitaria de la pandemia de COVID-19, la Gastronomía Sostenible que celebra los ingredientes y productos de temporada y contribuye a la preservación de la vida silvestre y nuestras tradiciones culinarias, se hace más relevante que nunca, especialmente en un país como el nuestro que posee una larga y próspera tradición en esta materia.
En esa línea, es importante comenzar a instalar el concepto de “dietas ecológicas”, algo que la Organización de Alimentos y Agricultura (FAO) trabaja mancomunadamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), pues las dietas ecológicas se caracterizan por su impacto ambiental reducido conformes a las orientaciones nutricionales en vigor, a la vez de ser asequibles y culturalmente aceptables.
Lo anterior resulta especialmente trascendente, toda vez que el actual sistema de producción de alimentos es considerado por expertos como una de las principales causas que provocan daños ambientales, entre ellos el cambio climático y la pérdida de recursos naturales. La agricultura por sí sola es responsable de hasta el 30% de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero (GEI) y del 70% del consumo de agua.
Con todo, las instituciones de educación superior técnico profesionales, especialmente aquellas que imparten carreras gastronómicas, tienen la obligación de ser promotoras de nuestra rica cultura alimentaria, promoviendo su desarrollo sustentable y sostenible, y proveyendo al país de capital humano especializado, que sea capaz de entregar soluciones creativas e innovadoras a los nuevos desafíos alimentarios que enfrentará Chile y el mundo y que le permitirán a la nación ser competitiva para su desarrollo.
Fuente: El Dínamo