Por José Sanfuentes, Rector IP Arcos. Consejero de Vertebral.
La Asamblea General de Naciones Unidad -ONU- estableció que cada 15 de julio se conmemore el Día Mundial de las Habilidades de la Juventud, instancia propiciada para divulgar la importancia de impulsar a los jóvenes a través de la adquisición de habilidades y destrezas que les permitan desarrollar sus opciones de vida, emprender exitosamente sus proyectos y acceder al mercado laboral global.
Es imposible recordar la efeméride sin destacar la incuestionable labor de la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) para el logro de una sociedad más justa, inclusiva, diversa y sostenible, que contribuya a la solución de las urgentes problemáticas mundiales como el cambio climático, la pobreza, las desigualdades, la inequidad de género y la migración, a través de personas con alto nivel formativo y capaces de entregar respuestas creativas e innovadoras.
Con la pandemia por COVID-19 se ha configurado un escenario inédito para Chile y el mundo, desafiando a todos los gobiernos, empresas público-privadas, organizaciones de la sociedad civil y, por cierto, Instituciones de Educación Superior (IES) a reimaginar el futuro, donde las nuevas tecnologías, la economía inteligente y los cambios en el convivir irrumpen aceleradamente en sociedades cada vez más complejas, demandantes de mínimos civilizatorios para todos y todas quienes habitamos este lejano punto azul como lo describía Carl Sagan.
Educar es vivir una experiencia de transformación para quienes nos desempeñamos en el ámbito de la educación superior, pero sobre todo lo es para nuestros estudiantes. Constituye un tiempo relevante de sus vidas, en que se aprenden nuevos hábitos, se adquieren nuevas competencias y habilidades y se modelan las vocaciones y la vida profesional. Este 15 de julio nos habla especialmente de una juventud resiliente y comprometida que en la búsqueda de nuevos horizontes empuja a la sociedad toda hacia un mejor porvenir.
Fuente: El Mostrador