El pasado martes 21 de julio de 2015, Vertebral Chile junto a CUP y Conifos realizaron una declaración pública, en la que reafirmaron sus posturas respecto de la gratuidad en Educación Superior, a continuación detallamos dicha declaración:
Nuestras asociaciones, la Corporación de Universidades Privadas (CUP), el Consejo de Instituciones Privadas de Formación Superior (CONIFOS) y el Consejo de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados (VERTEBRAL), representan a más de 600.000 estudiantes: sobre el 50% de los alumnos de educación superior. Además, este porcentaje incluye a dos de cada tres jóvenes vulnerables que siguen estudios superiores en Chile.
Nuestro trabajo se sustenta en principios comunes: autonomía, diversidad, calidad, libertad de enseñanza, derecho a la educación y pluralidad de proyectos educativos, teniendo como objetivo principal, la formación de nuestros alumnos. Creemos que las personas son los titulares de derechos, por lo que toda decisión gubernamental debiera tener como sujetos de esos derechos a los estudiantes, antes que a las instituciones que los acogen.
Hemos contribuido a un cambio sustantivo en nuestra sociedad, permitiendo la transición de una educación superior elitista a una más democrática e inclusiva, que ha abierto oportunidades a los sectores más vulnerables de nuestra sociedad. Gracias al desarrollo de un sistema educacional público-privado, se ha llegado a una cobertura bruta del 55%, con lo cual hemos pasado de 249 mil estudiantes de educación superior, en 1990, a más de 1 millón 200 mil, en la actualidad. Este aporte ha generado una movilidad social impensable hace apenas treinta años. Los indicadores de liderazgo que Chile ostenta en América Latina han sido posibles gracias a un trabajo conjunto entre el Estado y todos los actores educacionales, públicos y privados.
En este período, incorporamos infraestructura, innovaciones, gestión y proyectos educativos en distintas áreas, con una preocupación preferente por la calidad, la inclusión y la mejora continua. También hemos contribuido a la descentralización del país, ampliando las oportunidades de estudio en regiones y localidades apartadas, aportando no solo a la equidad, sino también reduciendo la emigración hacia la capital. La realidad de la educación superior privada está lejos de la imagen distorsionada que algunos actores interesados han pretendido construir, a través de críticas injustas e inmerecidas, que ofenden a nuestras comunidades educativas y a los miles de profesionales que hemos titulado y a sus familias.
Una Reforma a la Educación Superior requiere de un proceso amplio de reflexión, intercambio de datos y puntos de vista, análisis de la trayectoria de nuestro sistema y de experiencias comparadas. En ese espíritu y frente al documento de trabajo difundido en días previos por el Ministerio de Educación, queremos plantear a las autoridades y a la opinión pública los siguientes puntos:
Asimismo, proponemos el establecimiento de una mesa de diálogo técnico, en la que, basados en antecedentes concretos, los diferentes actores del sistema educacional tengan la oportunidad de analizar objetivamente las propuestas gubernamentales, en forma previa al debate político que conlleva el proceso legislativo.
Con la propuesta del Ministerio de Educación, la gratuidad cubrirá al 100% de los alumnos vulnerables del CRUCH, frente a un 18% de los estudiantes vulnerables de los Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica, y a ningún estudiante de las Universidades Privadas fuera del CRUCH. Esta discriminación carece de todo sustento racional y objetivo. Por eso, ante la evidente restricción presupuestaria, pensamos que sería más justo distribuir equitativamente los recursos entre todos los estudiantes que compartan una misma condición socioeconómica. Si se insiste en el inicio discriminatorio del proceso de gratuidad, analizaremos la constitucionalidad de esta normativa.
Nos guía únicamente la necesidad de levantar la voz por la igualdad de condiciones para nuestros alumnos y el respeto a la autonomía de los diversos proyectos educacionales. Estamos disponibles para dialogar, aportar con nuestra experiencia y colaborar.
Confiamos en que los estudiantes de nuestras instituciones no serán olvidados ni discriminados por la política pública. Por su diversidad y número, representan el cambio social que nos puede transformar en un país más justo y desarrollado.
Esperamos que la nueva Ministra de Educación encabece un proceso con estos propósitos y características. De hacerlo, Chile se lo agradecerá.
Santiago, 21 de julio de 2015.