Por Juan Pablo Guzmán, presidente de Vertebral
Aunque los últimos años han sido complejos, es preciso destacar el sólido y sostenido avance de la Educación Superior Técnico Profesional (ESTP) en Chile, que se ha consolidado como una actividad académica privilegiada, de calidad y lo que es aún más relevante, clave para impulsar el desarrollo y enfrentar los cambios tecnológicos, medioambientales y económicos que marcarán el futuro del país.
Pero este no ha sido un camino sencillo. La ESTP, histórica e incompresiblemente, ha sido vista como una suerte de ‘hermana menor’ del subsistema universitario, lo que también se reflejaba en la generación y ejecución de políticas públicas, situación que la evidencia y el trabajo sistemático de los actores del subsistema Técnico Profesional —entre otros, el Consejo de Rectores de Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica Acreditados, Vertebral—, ha logrado revertir en orden a que la Formación Técnico Profesional (FTP) goce del reconocimiento que se merece: una formación de calidad y necesaria para absorber los inminentes cambios que enfrentará el país en el mediano y largo plazo, con los desafíos de la ‘cuarta revolución industrial’, la automatización y la tecnologización de servicios básicos.
Pero no solo eso. En el corto y mediano plazo, la FTP será fundamental para apoyar el proceso de recuperación económica a través de la reconversión de la fuerza laboral, proceso que, dada su particular naturaleza, deberán encabezar los Institutos Profesionales (IP) y Centros de Formación Técnica (CFT), por su experticia en la formación de capital humano calificado, con programas de estudio cortos y flexibles y una estrecha y prolífera relación entre sus procesos formativos y los cambios tecnológicos enmarcados en la Industria 4.0.
Así, aplaudimos que la intensa discusión sobre la reforma al sistema de educación superior que derivó en la promulgación de la Ley N° 21.091, haya impulsado una agenda de iniciativas que, directa e indirectamente, reconocen y promueven el desarrollo de la Formación Técnico Profesional.
Hoy contamos con una institucionalidad regulatoria definida y pertinente a la realidad del subsistema Técnico Profesional, acompañada de iniciativas como la Estrategia Nacional para la FTP, el desarrollo del Marco Nacional de Cualificaciones Técnico Profesional, las líneas de financiamiento concursables de Fondos de Desarrollo Institucional, que hasta hace poco no existían para IP y CFT y el Programa del Ministerio de Educación y Corfo ‘IP-CFT 2030’.
Otro ejemplo de la mayor valorización social y reconocimiento en el ámbito de las políticas públicas es la implementación del Sistema de Acceso a la Educación Superior Técnico Profesional, requerimiento legal que, tras un proceso reflexivo, ha sido implementado en pleno cumplimiento a la ley, en una aplicación pertinente a las características y necesidades de estudiantes e instituciones de este tipo de formación.
La ESTP se ha robustecido como subsistema educacional al tener un grado mayor de relevancia en la implementación de políticas públicas, pero cuenta desde hace más tiempo con una alta valoración por parte de las familias chilenas, de las cuales más de medio millón de estudiantes han elegido la FTP como vehículo de prosperidad individual y familiar.
Sabemos que todavía hay un largo camino por recorrer, pero lo avanzado en el último tiempo nos llena de orgullo. Como también nos enorgullece el trabajo conjunto en esta línea, que hemos realizado con autoridades, directivos, académicos, docentes, personal no docente y, por supuesto, nuestros estudiantes, quienes se sienten orgullosos de pertenecer a un sector en legítima vía de progreso y que se prepara para desafíos mayores en la senda del crecimiento y la consolidación.
Fuente: El Mercurio