Esto según un Estudio de Movilidad Social, realizado por Inacap, que además reveló que el 65% de sus titulados registraron una movilidad social ascendente, evidenciando los efectos que tiene la Educación TP como un motor de cambio en la vida de las personas y la productividad del país.
Si bien es sabido que la educación técnico profesional general movilidad social, no se habían reunido los datos que le dieran respaldo a este hecho. Por eso, Inacap presentó el estudio “Movilidad Social: aportes desde la educación técnico profesional” donde concluyeron que el 57% de los estudiantes que son primera generación en titularse en educación superior proviene del mundo Técnico Profesional (TP).
Respecto a los estudiantes que son “primera generación de educación superior” (PGES), hay cuatro instituciones que destacan como aquellas que aportan más a la movilidad social educativa, las cuales son todas instituciones del subsistema TP: INACAP, Duoc UC, AIEP y el CFT e IP Santo Tomás.
Estas cuatro instituciones representan el 45% de los titulados PGES del sistema educacional chileno, con Inacap a la cabeza como la Institución de Educación Superior donde se titula la mayor proporción, con un 13%. En tanto, las universidades presentaron una baja proporción en el indicador de movilidad social educativa, ya que ninguna de ellas alcanza por sí sola el 4% de los titulados del grupo PGES.
El estudio también destacó luego de finalizar sus estudios en Inacap, un 65% de ellos se hacen parte de un grupo socioeconómico más alto que aquel que tenían al comenzar su programa de estudios.
La metodología utilizada en el estudio consideró la trayectoria de un grupo de estudiantes desde la educación secundaria hacia su potencial participación en la terciaria, considerando como antecedente el último nivel educativo alcanzado por sus padres.
Si bien en un comienzo el ingresar a la educación superior sólo supone gastos, es una inversión que trae mayores beneficios económicos, independiente del tipo de institución, si se compara con quienes ingresaron inmediatamente al mercado laboral. Esto basado en una proyección de 25 años desde tomada la decisión.
De ahí se desprende otra de las conclusiones que relevantes el estudio: En términos de valoración económica, es mejor estudiar en la Educación Superior que no hacerlo e ingresar a trabajar de inmediato.
Otro dato rescatado por el estudio es que el tiempo que se demora una persona en recuperar la inversión luego de egresar, es de tres años para las instituciones TP y cuatro años en las universidades.
Ante esto, el rector de Inacap, Lucas Palacios, indicó que el estudio permite plantear una discusión en torno a la política de financiamiento educacional que debiese poner en el centro a las personas antes que las instituciones.
“Chile es el país de la OCDE que más gasta en educación superior, entonces, la pregunta es si estamos gastando bien o no. La masificación de la educación superior en Chile es más rápida de lo que la estructura ocupacional puede absorber y esto se asocia, en parte, a que no existe articulación entre la masificación de la educación superior y el aumento de la productividad del país”, declaró.
Agregó que “nosotros concluimos que se debe reorganizar el financiamiento para que la educación superior esté al servicio del desarrollo del país, realmente”.
Fuente: El Dínamo